Mr. Satan
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Jorge Lucas

psicólogo • formador • divulgador
autor y responsable de Lucaspsi Psicología

Jordan Peterson y el mito de la autoestima: ¿y si le hacemos frente a la realidad?

Muy buenas, mente psinquieta, tras unos cuantos meses ausente, vuelvo a mis blogs. Han sido unos meses en los que no he parado de hacer cosas nuevas (hay un libro en el horno), así como que he comenzado a formarme como psicólogo sanitario; he tenido también tiempo de cultivar el sabio placer, cómo no.

El otro día viendo vídeos en YouTube sobre diferentes formas de ver la autoestima, me topé con un par de vídeos del archiconocido Jordan Peterson (¿El Jordan de la divulgación psicológica cuando Navegamos Buscando Aportaciones?) cuyos títulos traducidos son algo así como: «Trato especial, autoestima y narcisismo» y «La autoestima no existe». El mensaje de los mencionados vídeos es el tema del presente artículo. 

 

La autoestima ‘en vacío’

Según Peterson, no se puede hacer que los niveles de neuroticismo de una persona bajen haciéndola simplemente sentirse bien consigo misma (neuroticismo es esa variable de personalidad, según el Modelo de los cinco factores o Cinco Grandes [McCrae y Costa, 1987], relacionada con la inestabilidad emocional, las sensaciones negativas y la ansiedad). Por ejemplo, para los niños de carácter más inhibido es más recomendable, cuando estos sientan estrés o ansiedad al hacerle frente a la realidadacompañarlos y animarlos a explorarla que a que la eviten y se retiren de todo peligro. Eso sí, dicha exposición debería hacerse pasito a pasito: por ejemplo, si queremos aprender a nadar, lo recomendable es comenzar con mirar la piscina, tocar el agua un poco con los pies, entrar en la zona que no cubre, comenzar a dar brazadas poco a poco, etc.

Mr. Satan
Fig. 1. Mr. Satan, del manga Dragon Ball Z, o la encarnación del exceso de confianza.

El hecho de sentirnos bien con nosotros mismos no nos garantiza ser eficientes ante  los problemas o dificultades que plantea la realidad. Es decir, si por ejemplo, queremos negociar un aumento de sueldo, debemos estar preparados para el probable no mediante la elaboración de un buen currículum, preparar argumentos convincentes basados en pruebas objetivas; en definitiva, plantear y preparar las consecuencias que vamos a aplicar (algo que les cuesta mucho a las personas que puntúan alto en amabilidad) en el caso de que no se atienda a nuestras peticiones. Se trata, por tanto, de desarrollar una serie de habilidades, más que de hacer ejercicios para sentirnos bien sin más, puesto que por muy bien que se sienta una persona ante un examen importante, si no ha estudiado nada ni se sabe los contenidos, ese bienestar carecería de fundamento y dicha persona acabaría sientiéndose peor, en definitiva.

 

¿Es la autoestima un mito?

En el otro vídeo de Peterson, en el que se habla de que la autoestima que, según él, no existe, el profesor y divulgador afirma que es difícil contrarrestar tener un neuroticismo alto, ya que las emociones desagradables que suelen sentir esas personas suelen ser muy persistentes; o, por otra parte, está el hecho de que los matones de colegio suelan tener una alta autoestima (social y emocional según Estévez et al., 2006), ya que, por ejemplo, su carencia de empatía con sus víctimas les hace sentirse genial (además de recibir la aprobación de su grupo).

Peterson afirma también que fomentar la autoestima a través de programas de instrucción (que estuvieron muy de moda en los años 80 en California) hace que quienes los reciben tienden a aumentar su narcisismo, dado que su valoración está descompensada respecto a sus competencias reales y que eso no implica necesariamente mejorar.

Si seguimos con su razonamiento, si tenemos autoestima alta, esta circunstancia no garantiza que mejoremos en las distintas áreas vitales, salvo en casos en los que la tristeza, la ansiedad y la depresión nos paralice, aunque esos son casos más extremos de situaciones clínicamente significativas como la depresión mayor o la ansiedad generalizada (situaciones que nos afecta e incapacita en nuestro desempeño cotidiano).

En mi opinión, entiendo la perspectiva de Peterson, dado que comprende la autoestima como algo intangible desde el punto de vista científico y que, dependiendo de nuestras puntuaciones en inventarios como los Cinco Grandes, si tenemos una baja extraversión y un neuroticismo alto, digamos que lo tenemos bastante más difícil para sentirnos pletóricos; sin embargo, eso no implica que dichas personas no sean buenas trabajadoras o no lleguen a destacar, porque, precisamente, sentir una mayor ansiedad hace que se centren más en sus tareas y tengan un buen motivo o más ganas de mejorar en estas que las personas que se sienten más satisfechas o que tienen un mayor bienestar vital. Además, dichas personas pueden aprender a sentirse mejor.

A mi parecer, esto depende de cómo nos planteemos esta cuestión, porque si nos valoramos de forma positiva y con amor incondicional (independientemente de nuestros resultados), eso facilitará que emprendamos tareas y mejoremos nuestras competencias de forma que así nuestra autoconfianza aumente. Es decir, a mi parecer, Peterson está equiparando la autoconfianza con la autoestima, y no es lo mismo. Ya que o bien podemos conceptualizar la autoestima (junto con el amor incondicional hacia uno mismo, la autoeficacia y la asertividad) como uno de los factores que ayudan a tener autoconfianza (tal y como la define la psicóloga y divulgadora francesa Christèle Albaret) o viceversa; pero el hecho de valorarnos positivamente es una cosa (no autoflagelarnos, tratarnos con amabilidad) y tener una confianza acorde con nuestro nivel real de competencias es otra cosa (lo recomendable para ser médico, piloto o prácticamente cualquier profesión). Dicho de otra forma, no podemos por esa razón sentirnos seguros y confiados en todo, pero sí tener una valoración positiva de nosotros mismos independientemente de las consecuencias de nuestras conductas (sin olvidar que la autoestima también fluctúa en función de las situaciones vitales). Este amor incondicional por nosotros mismos se asemejaría al de un (buen) padre que quiere a sus hijos a pesar de sus travesuras o malas notas.

Es más: hay estudios que afirman que es recomendable trabajar en un entorno laboral donde se fomente el sentido del humor y el buen ambiente (como sucede en empresas como Google) sin dejar de tomarse en serio el trabajo. La clave reside en ser serios y estar a gusto en el trabajo, no en ser solemnes (no hay nada más repulsivo que alguien incompetente, pedante, autoritario y que se cree más que los demás por tener un puesto de autoridad). Para saber más sobre esta línea de la psicología, te recomiendo leer el libro de Jáuregui y Fernández (2008).

Por tanto, sí, se puede entender la autoestima como algo que puede volvernos más estúpidos que inteligentes; pero también como algo que nos hace tomar perspectiva con la necesidad de ser siempre productivos si se valora el hecho de sentirse bien en la vida como algo necesario, y así dejar de automachacarnos tanto (a veces somos nuestro «peor enemigo»). De hecho hay investigaciones actuales que apuntan a que el neuroticismo se puede tratar y reducir pese a no ser una tarea fácil (véase Sauer-Zavala y Barlow, 2021).

 

Sentirse bien a crédito: procrastinar y evadir la realidad tiene un precio

Estas son las conductas más frecuentes cuando una situación nos incomoda o nos exige más de lo que creemos que tenemos para enfrentarnos a esta: la evasión, la evitación experiencial o la procrastinación. En esas situaciones —y ahí hay que darle la razón a Peterson—, de nada sirve sentirse bien con uno mismo si no cumplimos con nuestras obligaciones, responsabilidades o aquellas situaciones que más tememos, ya sea hablar con el jefe en su despacho, completar ese tedioso informe, pasar una entrevista de trabajo, hablar en público o conducir de noche por una carretera desconocida, por citar algunos ejemplos cotidianos. Es decir, como hemos dicho más arriba, debemos armarnos de recursos y prepararnos para dichas situaciones y saber que cuanto más nos enfrentemos a dichas conductas, más hábiles nos sentiremos y, por ende, al final desarrollaremos un sentimiento de confianza (ya sabes: es al revés de cómo se intuye: primero se actúa y después, con la práctica, se desarrolla el hecho de sentirnos confiados).

Se ha demostrado que enfrentarnos a esas situaciones que nos incomodan ayuda a sentirnos competentes y a reducir así nuestra ansiedad e inseguridades y acabar de esa forma con la película que uno se monta en la cabeza («¿Y si pasa esto? ¿Y si pasa lo otro?…») y que tanto sufrimiento innecesario nos provoca. Por lo tanto, procura no evitar ni postergar dichos retos.

 

Conclusión

En suma, el mensaje está claro: prepárate y enfréntate a la realidad, incluso lanzándote en ocasiones a la piscina sin tener todo bajo control, dado que, en un buen número de ocasiones, la parálisis por análisis es un hecho más que real. Una cosa es sentirnos bien en el corto plazo (tener autoestima «en vacío») y otra es sentirnos empoderados y seguros de nosotros mismos; sin embargo, en dicho camino debemos tratarnos con amabilidad, sin fustigarnos: ahí está la clave de tener autoestima. Solo de esta forma, el camino de la autoconfianza será algo deseable y no nos costará recorrerlo. Como todo, es cuestión de crear nuevos hábitos y ampliar nuestro repertorio conductual. Por lo tanto, quiérete, sé ambicioso, pero siempre con los pies en el suelo y abierto a escuchar la retroalimentación que te hará de ti… ¡una persona imparable!

 

Referencias bibliográficas

  • Essential Truth (20 de agosto de 2017). Jordan Peterson: Special treatment, self-esteem & narcissism [archivo de vídeo]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=Fo8VY8o6R44&t=1s
  • Estévez, E., Martínez, B. y Musitu, G. (2006). La autoestima en adolescentes agresores y víctimas en la escuela: La perspectiva multidimensional. Intervención psicosocial, 15(2), pp. 223-232.
  • Jáuregui, E. y Fernández, J. D. (2008). Alta diversión: los beneficios del humor en el trabajo. Barcelona, Alienta.
  • McCrae, R. R. y Costa, P. T. (1987). Validation of the five-factor model of personality across instruments and observers. Journal of Personality and Social Psychology, 52(1), 81-90.
  • Sauer-Zavala, S. y Barlow, D. H. (2021). Neuroticism: A New Framework for Emotional Disorders and Their Treatment. Nueva York, Londres, Guilford Press.
  • The Bests (14 de octubre de 2018). Jordan Peterson – Self-esteem Doesn’t Exist [archivo de vídeo]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=9f3qyNNtpQk
  • Imagen. 

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